Sólo tuvimos que pasar una noche en Mandalay. Yo y mi amigo no tenía mucha idea de lo que esta ciudad tiene para ofrecer. Pero por supuesto que hicimos nuestra investigación antes de embarcarse en el viaje de cinco días a este hermoso país llamado Myanmar y tenía U-Bein Bridge y Mandalay Hill en la parte superior de nuestra lista de cubo.
Tristemente, por falta de tiempo, no pudimos visitar estos dos. Terminamos a andar en bicicleta en los alrededores. Con mucho gusto, nuestra elección de alojamiento, Hotel de Red Canal, nos ayudó con nuestras preguntas y sin ningún tipo de dudas y así nuestra aprehensión inicial para explorar los desaparecidos desconocida.
El sol era implacable. Pero tomamos coraje y ganamos a los rayos del mediodía ya se procedió a Shwe Monasterio Nan Daw. Nos puja nuestro tiempo y admiramos la pagoda, personas observaron y tomaron algunas fotos bonitas que podemos mostrar a casa.
Fue realmente divertido leer el mapa que nos brinda ya que intentamos averiguar por nosotros mismos si llegamos al lugar correcto. Como no quería perderse, todavía nos preguntamos unos lugareños si nos dirigíamos hacia la dirección correcta.
Recuerdo cuando estábamos en el autobús de camino a Mandalay, Creo que cogimos un vistazo de Mandalay Hill. Pero puedo estar equivocado. Nos aconsejaron que no puede ser en bicicleta desde donde estábamos, ya que necesitamos para subir en realidad el más 1700 pasos. Deberíamos haber optado por una moto o un coche quizá.
La lucha contra el hambre (Le importaría, no hemos comido nuestro almuerzo y luego todavía), pasamos por Kuthodaw Pagoda. Había sólo un puñado de visitantes a nuestra llegada, que deleitaron a los entusiastas de la fotografía en mí. Nos premiaron con el mejor clima como el sol decidió no jugar a las escondidas. The sun rays shone brightly over the oh-so white place of worship. Its stuppas un blanco rígido bajo el sol abrasador caliente.
Nuestra visita en Mandalay fue corta pero por supuesto que aún valía la pena. Me pareció que nuestra estancia sea lo más relajante y prometedora al mismo tiempo. Relajado en el sentido de que no estábamos siempre con prisa. Prometedores porque una segunda visita aquí es seguro que en el horizonte.